veintitres.infonews. Myrsini Tsakiri
Έχει την ίδια εμφάνιση με τον διάσημο πατέρα της, που τόσες εκατομμύρια φορές έχουμε δει σε φωτογραφίες και ντοκιμαντέρ. Βαθουλωμένα μάτια, μικρά και πολύ υγρά πίσω από δύο εξέχοντα ζυγωματικά.
Με το πέρασμα των λεπτών, οι λέξεις γίνονται λόγια και χαμόγελα τα οποία μετά μετατρέπονται γρήγορα σε γέλια. Τα δάκρυα τρέχουν για λίγο σε ένα σύντομο απόσπασμα από τη...
συνέντευξη. Απίστευτο γιατί σίγουρα έχει ακούσει και θυμηθεί χιλιάδες φορές τον πατέρα της σε όλα αυτά τα χρόνια, ο οποίος πέθανε όταν αυτή ήταν μόλις έξι ετών. Η Ζούγκλα της Βολιβίας της τον είχε αφαιρέσει και της τον κράτησε κρυφό για σχεδόν τέσσερις δεκαετίες.
Η Αλέιδα ήρθε στην Αργεντινή για να παρουσιάσει το αδημοσίευτο βιβλίο της μητέρας της, της Αλέιδα Μαρτς, η οποία ερωτεύτηκε στη Σιέρα Μαέστρα τον Τσε, όταν το κίνημα της 26ης Ιουλίου αγωνίστηκε και εν τέλη κατάφερε το 1959 την εκδίωξη της δικτατορίας του Φουλχένσιο Μπατίστα στη Κούβα.Αναπόληση – Η ζωή μου με τον Τσε: αφηγείται τα χνάρια της ζωή της στο πλευρό του. Δασκάλα από την εξοχή, εντάχθηκε στον αγώνα, άλλαξε τη ζωή της, άφησε πίσω την οικογένειά της, μοιράστηκε τον θρίαμβο της Επανάστασης μαζί του, τον παντρεύτηκε και απέκτησε μαζί του τέσσερα παιδιά.
Η Αλέιδα Γκεβάρα, τώρα, ταξιδεύει στον κόσμο, τόσο ως παιδίατρος αλλά κάνει και εθελοντική εργασία καθώς επιθυμεί να διαδώσει το έργο και τις επαναστατικές ιδέες των γονιών της.
“Η πόλη μου είναι εξωφρενικά θορυβώδης, αλλά υπήρξε μια μέρα που ήταν πλήρως σιωπηλή. Ήταν όταν τα λείψανά του πατέρα μου έφτασαν στην Κούβα από την Βολιβία και μεταφέρθηκαν οδικώς με πομπή από της Αβάνα στη Σάντα Κλάρα.”
“Ο πατέρας μου, χωρίς λόγια, ήταν ένας άνθρωπος που ήξερε πώς να αγαπά”
Tiene la misma mirada del ce’lebre personaje, millones de veces difundido en fotos y documentales de e’poca. Los ojos hundidos, pequen~os y hu’medos muy detra’s de dos po’mulos prominentes. Aleida Guevara pone distancia so’lo al principio. Con el correr de los minutos, las palabras pasan a ser verborragia y las sonrisas se transforman en carcajadas. Resultan increi’bles sus la’grimas durante un breve pasaje de la entrevista. Increi’bles porque seguramente ese mismo recuerdo la sorprendio’ miles de veces. Ernesto “Che” Guevara murio’ cuando ella contaba con so’lo seis an~os. La selva boliviana se lo habi’a quitado para mantenerlo oculto por casi cuatro de’cadas. Aleida llego’ a la Argentina para presentar el libro ine’dito de su madre, Aleida March, que se enamoro’ del Che en plena Sierra Maestra, cuando el movimiento 26 de Julio peleaba en desventaja para desalojar a la dictadura de Cuba.
Evocacio’n. Mi vida al lado del Che recorre la vida de una campesina que siendo maestra se sumo’ a la lucha, cambio’ de vida a espaldas de su familia, compartio’ el triunfo de la Revolucio’n, se caso’ y tuvo cuatro hijos. Pero que tambie’n sufrio’ las ausencias de un marido que troto’ el planeta en pos del mismo ideario que lo condujo a los cargos ma’s importantes de su patria de adopcio’n. Aleida Guevara tambie’n recorre el mundo, lo hace tanto como pediatra voluntaria como tambie’n para difundir la obra de sus padres y asegura que cada vez que sale de su querida isla muere por volver. No es su primera vez aqui’. En una ocasio’n viajo’ a Rosario para visitar la casa que habi’a sido de su papa’. Cuando llego’ a la puerta, noto’ que faltaba la placa de bronce. Alguien le comunico’ que un explosivo la habi’a volado y tuvo que escuchar a una vecina indignada por el estruendo.
–?Que’ sintio’ ante semejante bienvenida?
–Esa sen~ora culpaba al Che por el petardo. No dije nada, pero desde los medios le conteste’ diciendo que si la gente no era capaz de defender una simple placa, ?co’mo iba a hacerlo frente a algo ma’s importante, como la vida.? En cuanto al pai’s no me pasa nada en particular. Papa’ nos ensen~o’ a ser latinoamericanos, porque lo era en serio. En Cuba nos educamos con la palabra de Jose’ Marti’, que deci’a que la patria abarcaba desde el Ri’o Bravo hasta la Patagonia. Hemos vivido mucho con argentinos, guerrilleros o no, que visitaban la isla y queri’an conocer a los hijos del Che, asi’ que siempre nos rodearon y ya estamos bastante interiorizados.
–?Por que’ cree que su madre tardo’ tanto en escribir su biografi’a?
–Tienes que pensar que ella tuvo que fabricarse una represa para seguir viviendo para sus hijos. Ernesto Guevara fue su primer novio, el padre de sus hijos, su maestro, gui’a, compan~ero y co’mplice. Fue el todo y de pronto, esta mujer tuvo que aprender a vivir sin e’l. Cuando e’ramos muy pequen~os, ella nos daba el beso de las buenas noches y hasta juga’bamos a los almohadazos. Cuando muere mi padre, todo eso se acaba. Ella segui’a caminando, viviendo porque debi’a hacerlo, pero seguro que era muy difi’cil. Tuvo que encerrarse para poder seguir adelante. Es una mujer parca e introvertida como toda campesina cubana que cuando conocio’ Buenos Aires admiro’ ma’s todavi’a a mi papa’, que dejo’ esta inmensidad para irse a esa islita del Caribe.
–?Co’mo es nacer y crecer hija de una pareja de revolucionarios?
–Es una historia muy linda, y te dara’s cuenta de que soy una mujer muy feliz solamente por ser fruto de un amor tan intenso. Eso te da una categori’a tremenda como ser humano. En una sociedad donde te permiten todo el tiempo actuar con los seres humanos eres una persona feliz. Tengo un privilegio, que es el de haber recibido tanto de esas dos personas y la mejor manera de devolver tanto es ser mejor con tu pueblo y lo ma’s u’til con ellos.
–En el libro se publican cartas de su padre. Difi’cil imaginar a un comandante con voz de mando tan carin~oso con su esposa.
–Una persona que lo conocio’ en A’frica quedo’ impresionado con aquel hombre que en medio de un atardecer dijo que extran~aba a su mujer y se puso a recitar un poema a la distancia. Mi padre era un argentino sui generis en ese sentido y aqui’ le cuento otra cosa. E’l hace una cri’tica muy interesante en su primer libro Notas de viaje, sobre su propio pai’s. Es sobre la pe’rdida de las rai’ces culturales en contraste con otros pai’ses que tuvo la suerte de recorrer. Pero es despue’s del triunfo revolucionario en Cuba cuando empieza a crecer como hombre, donde tiene que llevar a la pra’ctica todo lo que teni’a en la cabeza. Eso le paso’ an~os despue’s en su experiencia africana, desde donde tuvo que irse con un sentimiento de tristeza al no haber tenido tiempo para desarrollar en la pra’ctica sus ideas.
La charla va y viene, pasa por Aleida March a Aleidita y sus sentimientos como hija. A su tarea como me’dica en diferentes pai’ses, pero que dejo’ una huella enorme tambie’n en Angola. “Esos dos an~os alli’ fueron increi’bles. Siempre digo que Dante Alighieri hubiera conseguido material suficiente para describir el infierno”. Pronto, hablaremos de Cuba y del mundo aunque invariablemente el Che vuelva a escena. “E’l fue capaz de ir a dar todo por otro pai’s que no era el suyo y amarlo con tanta intensidad y tan sinceramente. Es uno de dos hombres que no nacieron en territorio nacional y llevan la nacionalidad cubana de nacimiento. Mi pueblo tiene fama de escandaloso y bullicioso, pero hubo un di’a en el que hizo silencio. Fue cuando llegaron sus restos y al paso del fe’retro, que recorrio’ el camino desde La Habana hasta Santa Clara. Yo trabajo con un grupo de nin~os minusva’lidos que no lo conocieron y que sin embargo lloraron. Cuando estuve en Bolivia visitando el lugar donde pusieron su cuerpo, habi’a centenares de me’dicos cubanos y paso’ lo mismo.”
–?Que’ opinari’a el Che de los cambios en Cuba?
–No se trata de cambios, sino de soluciones a antiguos problemas que nosotros teni’amos. Era inevitable que ocurriera porque este es un proceso de evolucio’n y dentro de la revolucio’n debe cambiarse todo lo que debe ser cambiado. Es algo normal dentro de una sociedad que va tomando ma’s taman~o desde el punto de vista econo’mico y del desarrollo social. Ahora tienes ma’s posibilidades de liberar un monto’n de cosas, se pueden hacer aperturas como dicen ustedes aqui’. La cuestio’n dentro de una sociedad es que tienes que aprender de los problemas que se van presentando porque errores se van a cometer toda la vida. Ahora estamos en un proceso de que el Estado cubano decide que no puede seguir manteniendo a un grupo de trabajadores que no son productivos, no se los puede sostener pero no por ello dejarlos en la calle. Entonces se les da la posibilidad de que trabajen por cuenta propia, y recursos para que puedan hacerlo. Creo que nuestro futuro estara’ en desarrollar cooperativas de servicios, que tiene ma’s que ver con nuestra sociedad que con la cosa individual.
–El llamado Primer Mundo colapso’. ?Fidel Castro y el Che teni’an razo’n o todo esta’ al reve’s?
–Por ahora no podemos cantar victoria porque el capitalismo tiene muchos mecanismos para resolver situaciones de este tipo y la peor que nos puede caer encima es una guerra. Es un recurso que han ido probando en distintas partes del mundo. Suerte para nosotros porque estamos alejados y podemos mantener por ahora nuestra propia autonomi’a, pero vamos a ver. La forma en co’mo ellos superaban las cosas ya fue vista en las sucesivas crisis ocurridas durante el siglo pasado.
–?No hay lugar para el optimismo entonces?
–Hay lugar, pero seri’a bueno que los gringos despertaran de su letargo. Los u’nicos que le pueden decir dicen no a las guerras son ellos, el pueblo. Son los u’nicos que pueden frenar la locura, tal como lo hicieron durante la guerra con Vietnam.
–?Que’ recuerdos tiene de su infancia junto al Che?
–Muy poco porque naci’ en 1960. Mientras yo creci’a, e’l daba dos veces la vuelta al mundo. Tengo el recuerdo de papi lleva’ndome a un corte de can~a siendo yo muy chiquita. Debo haber protestado por aquel madrugo’n pero no se’ co’mo se las arreglo’ para entretenerme. De alguna manera me quede’ tranquila sobre la pila de can~as mientras e’l cortaba y hablaba conmigo al mismo tiempo. Tengo ima’genes de mi padre llegando a la casa, quita’ndose casi toda la ropa. Nos subi’amos sobre su espalda, como si fuera un caballito, y nos paseaba por todo el pasillo. Hay otra imagen muy linda que se me grabo’ y que creo que corresponde a sus u’ltimos di’as en Cuba. Estaba vestido de militar en su cuarto, con mami enfrente, vestida con una bata. Mi hermano ma’s pequen~o en sus hombros y enorme mano acariciando su cabecita. Yo mire’ esa escena, nadie me la conto’, y quiza’ fue la u’ltima que tuve. A los diecise’is an~os comenzaron a aparecer esos recuerdos en mi’. Mi papa’, sin palabras, era un hombre que sabi’a amar. Logre’ darme cuenta de eso. Mi infancia transcurrio’ y no extran~e’ a papa’, lo tuve y lo siento presente, y ese es un logro de mi madre.
Πηγή: Sierra Maestra, μέσω "guevaristas"
Με το πέρασμα των λεπτών, οι λέξεις γίνονται λόγια και χαμόγελα τα οποία μετά μετατρέπονται γρήγορα σε γέλια. Τα δάκρυα τρέχουν για λίγο σε ένα σύντομο απόσπασμα από τη...
συνέντευξη. Απίστευτο γιατί σίγουρα έχει ακούσει και θυμηθεί χιλιάδες φορές τον πατέρα της σε όλα αυτά τα χρόνια, ο οποίος πέθανε όταν αυτή ήταν μόλις έξι ετών. Η Ζούγκλα της Βολιβίας της τον είχε αφαιρέσει και της τον κράτησε κρυφό για σχεδόν τέσσερις δεκαετίες.
Η Αλέιδα ήρθε στην Αργεντινή για να παρουσιάσει το αδημοσίευτο βιβλίο της μητέρας της, της Αλέιδα Μαρτς, η οποία ερωτεύτηκε στη Σιέρα Μαέστρα τον Τσε, όταν το κίνημα της 26ης Ιουλίου αγωνίστηκε και εν τέλη κατάφερε το 1959 την εκδίωξη της δικτατορίας του Φουλχένσιο Μπατίστα στη Κούβα.Αναπόληση – Η ζωή μου με τον Τσε: αφηγείται τα χνάρια της ζωή της στο πλευρό του. Δασκάλα από την εξοχή, εντάχθηκε στον αγώνα, άλλαξε τη ζωή της, άφησε πίσω την οικογένειά της, μοιράστηκε τον θρίαμβο της Επανάστασης μαζί του, τον παντρεύτηκε και απέκτησε μαζί του τέσσερα παιδιά.
Η Αλέιδα Γκεβάρα, τώρα, ταξιδεύει στον κόσμο, τόσο ως παιδίατρος αλλά κάνει και εθελοντική εργασία καθώς επιθυμεί να διαδώσει το έργο και τις επαναστατικές ιδέες των γονιών της.
“Η πόλη μου είναι εξωφρενικά θορυβώδης, αλλά υπήρξε μια μέρα που ήταν πλήρως σιωπηλή. Ήταν όταν τα λείψανά του πατέρα μου έφτασαν στην Κούβα από την Βολιβία και μεταφέρθηκαν οδικώς με πομπή από της Αβάνα στη Σάντα Κλάρα.”
“Ο πατέρας μου, χωρίς λόγια, ήταν ένας άνθρωπος που ήξερε πώς να αγαπά”
Tiene la misma mirada del ce’lebre personaje, millones de veces difundido en fotos y documentales de e’poca. Los ojos hundidos, pequen~os y hu’medos muy detra’s de dos po’mulos prominentes. Aleida Guevara pone distancia so’lo al principio. Con el correr de los minutos, las palabras pasan a ser verborragia y las sonrisas se transforman en carcajadas. Resultan increi’bles sus la’grimas durante un breve pasaje de la entrevista. Increi’bles porque seguramente ese mismo recuerdo la sorprendio’ miles de veces. Ernesto “Che” Guevara murio’ cuando ella contaba con so’lo seis an~os. La selva boliviana se lo habi’a quitado para mantenerlo oculto por casi cuatro de’cadas. Aleida llego’ a la Argentina para presentar el libro ine’dito de su madre, Aleida March, que se enamoro’ del Che en plena Sierra Maestra, cuando el movimiento 26 de Julio peleaba en desventaja para desalojar a la dictadura de Cuba.
Evocacio’n. Mi vida al lado del Che recorre la vida de una campesina que siendo maestra se sumo’ a la lucha, cambio’ de vida a espaldas de su familia, compartio’ el triunfo de la Revolucio’n, se caso’ y tuvo cuatro hijos. Pero que tambie’n sufrio’ las ausencias de un marido que troto’ el planeta en pos del mismo ideario que lo condujo a los cargos ma’s importantes de su patria de adopcio’n. Aleida Guevara tambie’n recorre el mundo, lo hace tanto como pediatra voluntaria como tambie’n para difundir la obra de sus padres y asegura que cada vez que sale de su querida isla muere por volver. No es su primera vez aqui’. En una ocasio’n viajo’ a Rosario para visitar la casa que habi’a sido de su papa’. Cuando llego’ a la puerta, noto’ que faltaba la placa de bronce. Alguien le comunico’ que un explosivo la habi’a volado y tuvo que escuchar a una vecina indignada por el estruendo.
–?Que’ sintio’ ante semejante bienvenida?
–Esa sen~ora culpaba al Che por el petardo. No dije nada, pero desde los medios le conteste’ diciendo que si la gente no era capaz de defender una simple placa, ?co’mo iba a hacerlo frente a algo ma’s importante, como la vida.? En cuanto al pai’s no me pasa nada en particular. Papa’ nos ensen~o’ a ser latinoamericanos, porque lo era en serio. En Cuba nos educamos con la palabra de Jose’ Marti’, que deci’a que la patria abarcaba desde el Ri’o Bravo hasta la Patagonia. Hemos vivido mucho con argentinos, guerrilleros o no, que visitaban la isla y queri’an conocer a los hijos del Che, asi’ que siempre nos rodearon y ya estamos bastante interiorizados.
–?Por que’ cree que su madre tardo’ tanto en escribir su biografi’a?
–Tienes que pensar que ella tuvo que fabricarse una represa para seguir viviendo para sus hijos. Ernesto Guevara fue su primer novio, el padre de sus hijos, su maestro, gui’a, compan~ero y co’mplice. Fue el todo y de pronto, esta mujer tuvo que aprender a vivir sin e’l. Cuando e’ramos muy pequen~os, ella nos daba el beso de las buenas noches y hasta juga’bamos a los almohadazos. Cuando muere mi padre, todo eso se acaba. Ella segui’a caminando, viviendo porque debi’a hacerlo, pero seguro que era muy difi’cil. Tuvo que encerrarse para poder seguir adelante. Es una mujer parca e introvertida como toda campesina cubana que cuando conocio’ Buenos Aires admiro’ ma’s todavi’a a mi papa’, que dejo’ esta inmensidad para irse a esa islita del Caribe.
–?Co’mo es nacer y crecer hija de una pareja de revolucionarios?
–Es una historia muy linda, y te dara’s cuenta de que soy una mujer muy feliz solamente por ser fruto de un amor tan intenso. Eso te da una categori’a tremenda como ser humano. En una sociedad donde te permiten todo el tiempo actuar con los seres humanos eres una persona feliz. Tengo un privilegio, que es el de haber recibido tanto de esas dos personas y la mejor manera de devolver tanto es ser mejor con tu pueblo y lo ma’s u’til con ellos.
–En el libro se publican cartas de su padre. Difi’cil imaginar a un comandante con voz de mando tan carin~oso con su esposa.
–Una persona que lo conocio’ en A’frica quedo’ impresionado con aquel hombre que en medio de un atardecer dijo que extran~aba a su mujer y se puso a recitar un poema a la distancia. Mi padre era un argentino sui generis en ese sentido y aqui’ le cuento otra cosa. E’l hace una cri’tica muy interesante en su primer libro Notas de viaje, sobre su propio pai’s. Es sobre la pe’rdida de las rai’ces culturales en contraste con otros pai’ses que tuvo la suerte de recorrer. Pero es despue’s del triunfo revolucionario en Cuba cuando empieza a crecer como hombre, donde tiene que llevar a la pra’ctica todo lo que teni’a en la cabeza. Eso le paso’ an~os despue’s en su experiencia africana, desde donde tuvo que irse con un sentimiento de tristeza al no haber tenido tiempo para desarrollar en la pra’ctica sus ideas.
La charla va y viene, pasa por Aleida March a Aleidita y sus sentimientos como hija. A su tarea como me’dica en diferentes pai’ses, pero que dejo’ una huella enorme tambie’n en Angola. “Esos dos an~os alli’ fueron increi’bles. Siempre digo que Dante Alighieri hubiera conseguido material suficiente para describir el infierno”. Pronto, hablaremos de Cuba y del mundo aunque invariablemente el Che vuelva a escena. “E’l fue capaz de ir a dar todo por otro pai’s que no era el suyo y amarlo con tanta intensidad y tan sinceramente. Es uno de dos hombres que no nacieron en territorio nacional y llevan la nacionalidad cubana de nacimiento. Mi pueblo tiene fama de escandaloso y bullicioso, pero hubo un di’a en el que hizo silencio. Fue cuando llegaron sus restos y al paso del fe’retro, que recorrio’ el camino desde La Habana hasta Santa Clara. Yo trabajo con un grupo de nin~os minusva’lidos que no lo conocieron y que sin embargo lloraron. Cuando estuve en Bolivia visitando el lugar donde pusieron su cuerpo, habi’a centenares de me’dicos cubanos y paso’ lo mismo.”
–?Que’ opinari’a el Che de los cambios en Cuba?
–No se trata de cambios, sino de soluciones a antiguos problemas que nosotros teni’amos. Era inevitable que ocurriera porque este es un proceso de evolucio’n y dentro de la revolucio’n debe cambiarse todo lo que debe ser cambiado. Es algo normal dentro de una sociedad que va tomando ma’s taman~o desde el punto de vista econo’mico y del desarrollo social. Ahora tienes ma’s posibilidades de liberar un monto’n de cosas, se pueden hacer aperturas como dicen ustedes aqui’. La cuestio’n dentro de una sociedad es que tienes que aprender de los problemas que se van presentando porque errores se van a cometer toda la vida. Ahora estamos en un proceso de que el Estado cubano decide que no puede seguir manteniendo a un grupo de trabajadores que no son productivos, no se los puede sostener pero no por ello dejarlos en la calle. Entonces se les da la posibilidad de que trabajen por cuenta propia, y recursos para que puedan hacerlo. Creo que nuestro futuro estara’ en desarrollar cooperativas de servicios, que tiene ma’s que ver con nuestra sociedad que con la cosa individual.
–El llamado Primer Mundo colapso’. ?Fidel Castro y el Che teni’an razo’n o todo esta’ al reve’s?
–Por ahora no podemos cantar victoria porque el capitalismo tiene muchos mecanismos para resolver situaciones de este tipo y la peor que nos puede caer encima es una guerra. Es un recurso que han ido probando en distintas partes del mundo. Suerte para nosotros porque estamos alejados y podemos mantener por ahora nuestra propia autonomi’a, pero vamos a ver. La forma en co’mo ellos superaban las cosas ya fue vista en las sucesivas crisis ocurridas durante el siglo pasado.
–?No hay lugar para el optimismo entonces?
–Hay lugar, pero seri’a bueno que los gringos despertaran de su letargo. Los u’nicos que le pueden decir dicen no a las guerras son ellos, el pueblo. Son los u’nicos que pueden frenar la locura, tal como lo hicieron durante la guerra con Vietnam.
–?Que’ recuerdos tiene de su infancia junto al Che?
–Muy poco porque naci’ en 1960. Mientras yo creci’a, e’l daba dos veces la vuelta al mundo. Tengo el recuerdo de papi lleva’ndome a un corte de can~a siendo yo muy chiquita. Debo haber protestado por aquel madrugo’n pero no se’ co’mo se las arreglo’ para entretenerme. De alguna manera me quede’ tranquila sobre la pila de can~as mientras e’l cortaba y hablaba conmigo al mismo tiempo. Tengo ima’genes de mi padre llegando a la casa, quita’ndose casi toda la ropa. Nos subi’amos sobre su espalda, como si fuera un caballito, y nos paseaba por todo el pasillo. Hay otra imagen muy linda que se me grabo’ y que creo que corresponde a sus u’ltimos di’as en Cuba. Estaba vestido de militar en su cuarto, con mami enfrente, vestida con una bata. Mi hermano ma’s pequen~o en sus hombros y enorme mano acariciando su cabecita. Yo mire’ esa escena, nadie me la conto’, y quiza’ fue la u’ltima que tuve. A los diecise’is an~os comenzaron a aparecer esos recuerdos en mi’. Mi papa’, sin palabras, era un hombre que sabi’a amar. Logre’ darme cuenta de eso. Mi infancia transcurrio’ y no extran~e’ a papa’, lo tuve y lo siento presente, y ese es un logro de mi madre.
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